La vida de Mercedes Alfonzo.
En Margarita han trabajado muy duro hombres y mujeres del
pueblo que se destacaron por su espíritu inquebrantable sacando a sus familias
adelante con su labor diaria. Uno de ellos fue el Sr Mercedes Gerardo Alfonzo (1899-1982), quien en el
inicio del siglo XX se destacó por su noble personalidad y actitud emprendedora
de actividades económicas poco conocidas.
Mercedes tuvo una vida con episodios
muy particulares, al realizar oficios de difícil desempeño como ser cabo de
vida, y “empotador” de pescado en las primeras fábricas instaladas en la isla, hechos
que merecen ser resaltados y conocidos por toda Venezuela por ser parte de la
cultura popular de ésta tierra.
Para este relato se buscó información en
diversos documentos escritos que se archivan en la casa de la familia Alfonzo
además de las fuentes orales de personas que conocieron su vida.
En
mi niñez escuchaba los relatos de mi abuelo acerca de sus aventuras en la pesca de perlas, esto me motivó a
indagar sobre la historia de mi familia, surge la inquietud por conocer la
identidad de mis abuelos, bisabuelos y tatarabuelos, pues en mi familia han
pasado, de generación en generación, algunos datos sobre ellos. Específicamente
de la parte materna, a través del rastreo de
la familia de mi abuelo Mercedes Alfonzo, quien era pescador de perlas,
pero, su oficio en dicha labor era la de cabo de vida. Este la ejercía la mitad
del año mientras se llevaba a cabo la temporada de la concha de perla entre los
meses de enero y junio.
Los otros meses se dedicaba a fabricar tejas y
ladrillos para la construcción de casas, en la tejería de su primo político
Florentino Rivera, ubicada en el Poblado,
Según relatos orales, recogidos en el
seno familiar, para 1860 probablemente, aparecen ascendentes de Mercedes, sus abuelos
específicamente, fueron conocidos con el nombre de Alcira y Rufino Salazar,
quienes tuvieron un hijo: Domingo;
Marcelo y Juana Alfonzo una hija de nombre Juana Irene. Domingo Salazar, de profesión
buzo, se casó con la joven Juana Irene Alfonzo por los años de 1889 o 1890,
de esta unión nacieron cuatro niños:
Marcelino (1.891-1.965), Irene Leonor (+), Dominga Beatriz (+) y Mercedes
Gerardo (1.899-1.982). Éste nació en el caserío La Cruz Grande, el 24 de
septiembre de 1899. A los pocos días de nacido, falleció su progenitora, por lo
cual sus tías maternas y primas, los toman bajo su cuidado.
No se tienen
noticias de lo ocurrido con Dominga Beatriz, pero sí de Irene Leonor, la cual
murió siendo todavía una niña. Asimismo no existen noticias sobre el papel de
los abuelos de los niños en su crianza. Fue creciendo el niño Mercedes muy
apegado a su hermano mayor, quien decide, casi en la adolescencia, seguir los
pasos en el oficio de su padre Domingo: buzo pescador de perlas.
En esos años
de inicio del siglo XX la situación para las familias margariteñas era muy
precaria. La tierra era casi improductiva motivado a la carencia de agua dulce,
la extracción de las perlas todavía podía mantenerse pero no era productiva.
Subsistían con lo que les dejaba la pesca y lo poquito que sembraban en los
conucos cerca de la casa, o lo de la venta de las tejas y ladrillos, por eso
Marcelino decidió ponerse el traje de lona gruesa impermeable, las botas de
suela de bronce, el “cabezote” (escafandra) como decían ellos y hacerse a la
mar e ir
con la práctica aprendiendo el
oficio que tradicionalmente se heredaba de padres a hijos.
Según el profesor
Subero, citando a Pablo Vila 1963 en su libro “las actividades perlíferas y sus
vicisitudes en Venezuela”, en 1828 comenzó a emplearse por primera vez en
Venezuela la escafandra y el traje impermeable con casco metálico, el buzo
podía mantenerse bajo el agua suministrándosele aire por un sistema de bomba. Todo
buzo debía tener su personal de confianza que le ayudara con los aperos e
indumentaria necesaria para realizar el trabajo, específicamente un “Cabo de
Vida”, así que ¿quién mejor que su hermano menor Mercedes para hacerlo?