El tiempo es algo intangible que va restándonos poco a poco la agilidad, la capacidad física, a veces mental, a los pobladores de un pueblo o ciudad.
Esos hombres y mujeres que, con su quehacer diario, transitan anónimamente haciendo la historia e idiosincrasia del pueblo llano y que pocos notan por ser su origen humilde.
Severino Fermín fue uno de ellos, se marchó luego de 101 años de transito en esta tierra de gracia, apegado a sus costumbres familiares y tradicionales, a las que nunca faltó, a pesar de todas las vicisitudes que tuvo que confrontar en tan longeva existencia.
Ayer llegó el momento de la despedida de Severino de este plano terrenal, dejemos que Fernando Fernandez nos cuente con su acertado verbo, acerca de su experiencia de varios encuentros con este humilde personaje, cuando con su lúcida memoria, de más de cien años, le narraba sobre su pueblo insular
"PALABRAS PARA DESPEDIR
A UN JUGLAR
Los pueblos tienen sus juglares que cuentan,
narran y recrean sus vivencias, recoger de esos personajes esas historias es
algo que se le puede ocurrir a cualquier muchacho inquieto y preguntón, ante
quienes, sus interlocutores a veces puedan despreciar con un gesto o expresión
de: ¡y para que tantas preguntas muchacho!
Este no fue precisamente el ejemplo
ni la lección que me dio el vecino, amigo y pariente lejano de mi tatarabuela,
según me contó anoche mamá; de acuerdo con ella Cruz Amada, el papá de Verino
trataba de prima a su bisabuela Antonia Fermín.
Esta tarea Verino, donde
quieras que estés no está completada, esperamos poderla hacer.
La cuestión es
que desde unos cuantos años he venido frecuentando esta casa en busca de saciar
mi inquietud de muchacho preguntón, lo que a partir del 2015 he ido compilando
con cierto orden.
Pasar por la puerta de esta casa y ver ese cuadro familiar de
Verino tertuliando con su esposa y sus descendientes era cosa cotidiana por las
tardes.
Este Vallero longevo con un trayecto de vida de
un siglo, un año, cinco meses y catorce días de vida, durante los cuales
mantuvo su lúcida mente, recordaba grandes vivencias de su natal Conuco Largo y
de los acontecimientos más importantes de La Cruz Grande, Palguarime y en
general de Porlamar, cosa que yo aproveche de este mí “informante clave”, como
lo llamamos según la metodología de la investigación.
Para abordarlo solo
bastaba que las mujeres de la casa le dijeran: ¡Papaito va a venir Fernando a
hacerte unas preguntas! a lo que no se mostraba reticente o huraño.
Me esperaba
en la mecedora e instalábamos la conversa. Yo cuaderno y lápiz en mano y él
elocuente, coherente, pensativo y echando cuentas para contarme esa vivencia
del año tal, del tiempo cual, del gobierno tal.
De su niñez cuando se venían de
Conuco Largo hasta cerca del corral de Vicenta Ortega y entre matas de añil a
jugar en compañía de Arnaldo y Amalito González, de los hijos de Nato Reyes,
con Bernardo Zabala entre otros.
De su adolescencia entre los conucos de los
abuelos donde su papa y mamá cultivan frijol, maíz, yuca, plátano que vendían a
las mujeres del pueblo y que también regalan entre sus vecinos.
De sus trabajos
en obras publicas cuando en el tiempo del Presidente Eleazar López Contreras,
surtía de agua a los obreros que trabajaban en la cantera de Guatamare,
acarreándola en burro desde la pila de Toporo en El Valle. De sus recuerdos de
muchacho cuando se construía las torres de la capilla y los nombres de algunos
de esos trabajadores.
Del ron Cruz Grande propiedad de Justo Núñez y su
destilador José Ferrer. De las diversiones que bailó y las guarichas que
participaban.
De las cantas que todavía a su edad me tarareaba y cantaba. De
llorar o despedir las pascuas: …“Ya se van las pascual / Bendito sea Dios
/Cuando volverán /Y nosotros no…”
De jugar pelota en la calle Nueva como
segunda base o a veces bateador.
De los cantos de galerón de Perucho Rivas
quien junto a Andrés Eleodoro Hernández hicieron la diversión “El Morrocoy”.
Verino siempre se mantuvo apegado a la memoria
viva de esta Cruz Grande que lo adopto como el mejor de sus hijos. Esto es
parte de lo que Verino me contó y que ojala se publique en algún momento para
ofrecerlos a las nuevas generaciones y que conozcamos lo que fue el devenir
social y cultural de La Cruz Grande de la voz de uno de sus juglares más
longevos.
PARA TI VERINO
Fernando Fernández Fermín
La Cruz Grande, 24 de junio de 2018
1.47 A.M.