Mi querida maestra China.
Hoy quiero
rendir tributo a insignes maestros y maestras de Porlamar, que dejaron huellas
indelebles en el corazón de quienes fueron sus alumnos. Una de ellas es la
profesora CELINA ALFONZO DE RIVERO o como era conocida cariñosamente por todos,
la maestra “China”
Cuando tenía 10 años de servicio en el Grupo
Escolar Estado Zulia, de Porlamar, en los inicios de los años noventa, solicité
cambio para el turno de la mañana.
La
maestra Horeiba Ernández de García, era en ese tiempo la subdirectora del
plantel, y me ubicó a trabajar con las maestras de primer grado. Todo docente
sabe que, el primer grado, en la primaria, es el grado que requiere de un ser
especial, que como docente ayude a consolidar los valores, principios del niño
de 6 o 7 años que comienza. Allí entable amistad con Isabel y Rosalinda,
también maestras de experiencia en dicho grado, pero, sobre todo, con un
"huracán de mujer": la profesora Celina Alfonzo de Rivero, que todos
llamaban "maestra china".
La maestra Celina era muy especial con los niños y
niñas a su cargo, y muy organizada, cosa necesaria en un aula poblada de muchos
niños.
Con ella estreché aun más los lazos de amistad y
fraternidad.
A pesar de
haberse iniciado como maestra en el grupo Zulia, venía en ese entonces de Valencia,
de un traslado hacia la isla y, a pesar de su pesada humanidad y gran voz, sus
alumnos la amaban por sobre todas las cosas, para los niños la palabra de la
maestra es ley y nadie la cambia, eso pasaba con sus alumnos.
Ella era en
el turno de la noche profesora de secundaria de Ciencias Sociales, pero era
definitivamente una de las mejores maestras para enseñar a leer y escribir
que he conocido, su rutina de trabajo de aula comenzaba cuando, en las columnas ordenadas ,antes de entrar al aula, colocaba a
todos los niños a desayunar antes de comenzar a trabajar, luego escribía a mano
, no como ahora que es puro pegar fotocopias, todos los 52 cuadernos de doble
línea de sus alumnos para ejercicios de caligrafía e iba "tomando la
lección" de cada niño y niña diariamente, no se quedaba nadie sin
leer todos los dias y yo
admiraba su habilidad de organización. A través de cantos y bailes explicaba a los niños el contenido del día
y, ya para finalizar la jornada, los mandaba a descansar sobre alguna toalla
que llevaban hasta que el representante los iba a buscar en la hora
exacta de la salida. Los representantes querían que sus hijos tuvieran como
maestra a la china.
Un día fue nombrada subdirectora de la institución
y comenzó su trabajo efectivo y exigente. A algunos que acostumbraban a llegar
tarde al trabajo no les gustaba, pues ella predicaba con el ejemplo, jamás
llegó tarde al trabajo.
Su conocimiento en asuntos referidos a la
evaluación de los aprendizajes era excelente, ayudaba a los docentes con las
redacciones de los boletines, o
cualquier informe que se les dificultara redactar, pero por sobre todas las
cosas, era conocedora de la naturaleza humana, no se equivocaba a la hora de
dar una opinión acerca de algo o alguien, tenia memoria fotográfica, podía acordarse de datos y señales de
alumnos o representantes de la escuela y en ese tiempo nuestra matricula era de
3.000 alumnos.
Los alumnos que les gustaba permanecer fuera del
aula le guardaban mucho respeto, algunos se mostraban asustados si los pescaba
en alguna actividad no acorde al recinto escolar.
Ante todo, la maestra China
era muy generosa y, mejor amiga no podía ser. Siempre dispuesta a ayudar a
quien tuviera algún problema con un gran corazón. Esa es mi amiga "la
china Alfonzo" a quien brindo este pequeño reconocimiento como
docente del Grupo “Zulia”. Abrazos para ti mi querida "Chinita" en
este día del Maestro Venezolano..!
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