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mi abuela María Cantalicia |
Este es un relato dedicado a la memoria de mi abuela María Cantalicia.
La casa de mis abuelos era encantadora.
Estaba ubicada en el centro de Porlamar.
Era una construcción de principios del siglo XX, hecha de adobes de arcilla y techo de tejas rojas,con muchos árboles en el patio, en la cual criaron a sus hijos y, luego a sus nietos, hasta que decidieron mudarse al otro extremo de la ciudad de Porlamar, cada familia en su nueva casa.
La casa era amplia, con un gran corredor donde había pilares que sostenían el techo de baras de caña brava y tejas, desde los cuales se guindaban los chinchorros y hamacas en las noches.
La casa poseía varias habitaciones o cuartos, que casi siempre eran utilizados para todo, menos para dormir, por el calor reinante en la zona. Cada quien tenía su cuarto y, el de mi abuela María Cantalicia quedaba justo en medio.
Este cuarto poseía un aura de misterio, pues era sumamente oscuro, el que iba a buscar algo allí se hacia acompañar por un familiar, y se prestaba para jugar a las escondidas, era el sueño de todo niño pues nadie lo vería si entraba y se escondía entre "todas" las cosas allí guardadas.
El cuarto del medio, tenía un cúmulo de cosas apiladas adquiridas con los años, había una cama desarmada colocada contra la pared, perchas dobles de vestidos, largos y cortos,de todos colores, abrigos y sobretodos traídos por mi abuelo de Europa, maletas, maletas y más maletas,con ropa de cama,escaparates llenos de novelas románticas de Corín Tellado y otros autores, algunos tambores llenos de zapatillas, que era el deleite a la hora de disfrazarnos para jugar, carteras o "carrieles", como decía mi abuela, de todos los colores y tamaños, se notaba que vivían muchas mujeres allí, pero, ...el encanto principal de este cuarto del medio, era un gran baúl de madera, el cual se encontraba apoyado contra un rincón, siempre cerrado y la curiosidad de los que entraban era:
¿qué habría guardado adentro?..todos nos preguntábamos eso, mi abuela guardaba la llave muy celosamente y, si por casualidad alguien lo abría, el condenado baúl "cantaba" con un tintineo de campanas al pasarle la llave,que alertaba a mi abuela en el acto.
Pero este cuarto famoso también tenía su historia de fantasmas, y he allí la razón por la cual dejó de utilizarlo para dormir, pues, a media noche, "sonaban" monedas al caer en el piso y "halaban" por los pies haciéndole cosquillas a quien estuviera durmiendo.
Cuando alguno de nosotros, sus nietos, se enfermaba, iban al cuarto del medio, abrían el baúl y OOH sorpresa! dentro había un aparatito parecido a un binocular, por el cual al ponerle varios discos se podían observar figuras y escenas de películas en tercera dimensión, lo que hoy se llama "vewmaster"o algo así, que era toda una novedad, así el enfermo se curaba más rápido claro!, también guardaba...libros,libros y más libros del maestro Trincado, que eran de mi abuelo Mercedes, con alguna que otra prenda.
Una semana Santa, nos fuimos de paseo al conuco y, al regresar, todo había sido saqueado por los amigos de lo ajeno,éstos acabaron con el encanto del cuarto del medio, ...pasó el tiempo y heredé el baúl, me fascina oir sus campanitas cuando se abre con la llave y, me trae todo este remolino de emociones que hoy comparto con uds.
Todavía la casa está allí pero fue remodelada interiormente y, mi sobrino dice, que ya no se oyen ruidos. Los fantasmas se mudaron a otra parte por culpa de los ladrones.