Vida del Dr Josè Gregorio Hernàndez. Recopilaciòn de FPDV.


Nacimiento y primeros años del Dr. José Gregorio Hernández
El Dr. José Gregorio Hernández fue un medico que se dedico a ayudar a las personas más necesitadas, no solo ejerció la medicina también fue profesor y amigo de las persona que convivieron con él.   
 De la unión de Benigno Hernández y Manzaneda de una parte, y Josefa Antonia Cisneros y Monsilla de la otra, romántica unión de unos refugiados en el pueblito de Isnotú del Estado Trujillo, un 26 de Octubre de 1864, nace un hermoso niño a quien se dio el nombre de José Gregorio. Bautizado en Escuque por el padre Victoriano Briseño, fueron sus padrinos don Tomás Lobo y doña Perpetua Henríquez. Aunque venido al mundo en humildes condiciones era de prosapia ilustre, de alcurnia y abolengo proveniente de linajudos solares cantábricos, una de cuyas ramas vino a Venezuela en el segundo tercio del siglo XVIII y echó raíces en la ciudad de Boconó. En 1864 Isnotú era un pueblo de personas humildes dedicadas a la agricultura o al corte de madera.
 La familia del futuro Dr. José Gregorio tenía una posición un poco más elevada en el pueblo, pues el padre, Don Benigno, poseía un comercio, de esos característicos en las zonas rurales en aquellos años. 

No pasaría mucho tiempo antes de que José Gregorio abandonara la tranquilidad de las tierras andinas para continuar su formación académica en la ciudad de Caracas. A la edad de trece años prosigue sus estudios en el Colegio Villegas, uno de los mejores de la época. En esta institución obtiene el título de bachiller en Filosofía, en el año de 1884.




                                                         Universidad
Cuando ingresó a la universidad central José Gregorio tenía 17 años. Durante los dos primeros años de estudios universitarios continuó viviendo en el colegio Villegas, donde aun desempeñaba el cargo de inspector y donde era tratado como un miembro de la familia; pero, en 1884, cuando comenzó a cursar el tercer año de medicina, dejo el colegio Villegas para establecerse en habitaciones alquiladas a los esposos Margarita Patria y Germán Puyou en la casa número 3 de Madrices a Ibarra.


                                               Profesión


Al graduarse en 1888 regresa a su región para ejercer consecutivamente en los estados Trujillo, Mérida y Táchira. Se radicó en Isnotú hasta el 30 de julio de 1889, para ejercer entre los tres estados andinos venezolanos. Cumplida su deuda de servicio con su hogar geográfico, regresa a Caracas donde comienza su actuación como científico, filósofo y filántropo. Al año de ejercicio profesional, por recomendación muy efusiva de uno de sus profesores, el Dr. Calixto González, quien mucho lo distinguía y apreciaba, es enviado a Europa por el Presidente de la República, Dr. Juan Pablo Rojas Paúl, para continuar estudios de postgrado en las universidades de París y Berlín.
 El presidente Rojas Paúl, toma esta decisión como consecuencia de la falta de médicos especialmente dedicados a la experimentación en 1889, decreta que, por cuenta del gobierno, se nombre al joven médico venezolano, de buena conducta y reconocidas aptitudes, para que se traslade a Francia, a estudiar teoría y práctica en las especialidades de microscopia, histología normal y patológica, bacteriología y fisiología experimental, con la asignación de seiscientos bolívares mensuales.

                     
                                        
                                                 


Vocación sacerdotal 

La vocación sacerdotal que según algunos de sus biógrafos había alimentado desde joven junto a la medicina, se había desarrollado de una manera serena, manteniéndose siempre como a la sombra de su fervor profesional. No era el Dr. José Gregorio un hombre a quién se oyera con frecuencia hacer comentarios religiosos, al extremo de que uno de sus amigos cercanos, Pedro César Dominici, se sorprendió mucho cuando en una ocasión, conversando acerca del clero, éste le reveló que pertenecía a una orden exclaustrada. 

No obstante esa discreción con respecto a su vocación y su fé, su deseo de entregarse totalmente a Dios fue siempre en aumento.
 En 1907, después de haberse traído a todos sus familiares a Caracas, y de haber encaminado hermanos así como a sobrinos en dicha capital, el Dr. José Gregorio sintió que ya sus deberes familiares estaban cumplidos. Y como ya se encontraba jubilado de su puesto de catedrático universitario, y además había hecho valiosos aportes a la medicina venezolana y mundial con sus trabajos científicos, consideró que también sus deberes para con su país y con la ciencia habían sido cumplidos, por lo que le era posible entonces llevar a vías de hecho su tan aplazada vocación religiosa. 




El 16 de julio de 1908 llegó el Dr. José Gregorio finalmente a la Cartuja de Farneta. Los preliminares de su ingreso consistieron en un nuevo examen de su vocación que habría de durar varios días.
 En estos días se instruía al aspirante a novicio sobre los pormenores de su vida futura y de todos los detalles de la orden en la que iba a ingresar, al mismo tiempo que se comprobaba si su vocación era puramente religiosa o si simplemente se trataba de reacción pasajera ante circunstancias adversas de la vida de este mundo. 

Una vez probada su vocación, Fray Etienne le lavó los pies, ceremonia previa a ser recibido en la celda por el Prior de la orden. Este lavatorio de pies simboliza que el novicio debe dejar tras de sí al entrar en clausura 'el polvo del siglo' y consagrar su vida a la oración y la devoción. 

El período de postulado habría de durar un mes. Durante ese mes el futuro novicio vistió un manto negro sobre sus ropas civiles al acompañar a los cartujos en todas sus actividades monacales. 
En esos días el maestro de novicios, Fray Etienne, se encargaba de instruirlo en las labores que una vez aceptado en la orden, habría de ser su quehacer diario.




Al cabo de este mes de postulado, probada una vez más la voluntad y la vocación de José Gregorio, el Prior lo propuso ante los frailes de la comunidad para la toma del hábito. 

En la sala del capitulo de la cartuja, el Dr. José Gregorio arrodillado a los pies del Prior, y con las manos de este entre las suyas, respondió a las preguntas que éste le formulaba en latín. 

Una vez concluido el interrogatorio los frailes debían votar con respecto a la aceptación del Dr. José Gregorio como cartujo, mientras el futuro novicio se retiraba a la capilla en espera del resultado. La votación se haría privada y en secreto. Cada fraile debía colocar un grano negro o uno blanco en una urna según fuera su opinión con respecto al ingreso del nuevo novicio en la orden. 

Al contarse los granos se comprobó una mayoría de granos blancos, y en consecuencia el Dr. José Gregorio fue conducido nuevamente a la sala del capítulo, donde hubo de escuchar una nueva alocución del Padre Prior, de rodillas repitió su solicitud de ingreso en la orden, a lo que el Padre Prior respondió: 

"En el nombre de Dios y de la Orden, en mi nombre y el de mis Hermanos, yo os admito entre nosotros; y os prevengo de que hasta vuestra profesión vos sois libre de retiraros, pero nosotros también, de nuestra parte, podemos despediros si vuestra conducta nos desagrada". 

Inmediatamente después le dio el "beso de paz", y seguidamente el Dr. José Gregorio fue a arrodillarse ante los pies de cada uno de sus nuevos hermanos en la orden, quienes a su vez, solemnemente conmovidos, también lo besaron y lo abrasaron. 



                              


                     

Últimos años de la vida del Dr. José Gregorio Hernández 



Posteriormente entre los años 1914 y 1915 dicta clases de Medicina en forma privada y sin remuneración alguna en el Colegio Villavicencio. 

Entre 1915 y 1917 cuando se reabre la Universidad con nuevas normas y cátedras, se realizaron cursos paralelos dictándose cursos alternos; en 1917 viajó a Estados Unidos a estudiar algunas nuevas técnicas de bacteriología, estuvo en Madrid con Ramón y Cajal, regresó en 1918 y fue el primero en mostrar la toma de la tensión arterial en sus alumnos. En este segundo período hubo un mayor rendimiento docente. 

El 29 de Junio de 1919, como todos los días, Dr. José Gregorio se levantó a las cinco, tomó su primer baño del día, rezó el Ángelus, y después se dirigió a la iglesia de la Divina Pastora a escuchar la misa y a comulgar. Como era domingo, no tenía que ir a la universidad, por lo que se fue a visitar algunos de sus enfermos en esa parroquia. Regreso luego a su casa (en el número 3 de San Andrés a Desbarrancado), donde su hermana Isolina le sirvió el desayuno: pan, mantequilla, queso y agua de panela. Después de organizar su consultorio, salió a visitar las casas de sus pacientes, cosa que acostumbraba hacer en las mañanas que no tenía clases, entre las ocho y las once y cuarenta y cinco. Para este recorrido el Dr. José Gregorio iba generalmente a pie. 

Poco antes del mediodía llego a su casa, donde tomó su segundo baño del día como era costumbre. A las doce del día rezó el Ángelus y se sentó a almorzar. Este último almuerzo consistió en sopa, legumbres, arroz y carne acompañados de un refresco de guanábana que le enviara su cuñada, Dolores de Jesús Briseño González, la esposa de César Benigno. 

Para reposar el almuerzo se sentó en la mecedora que tenia para atender a los pobres que venían a verlo durante dos horas todos los días. 

Pasada la una y media de la tarde llego alguien a avisarle de que una señora anciana se encontraba muy grave, el Dr. José Gregorio tomó su sombrero y partió enseguida a visitarla. Esta anciana vivía entre Amadores y carbones. 

Cuando salió de consultar a la anciana enferma, el Dr. José Gregorio, considerandò  que esta era muy pobre decidió el mismo irle a comprar las medicinas que le había recetado y para ello se llegó hasta la farmacia que se encontraba en la esquina de Amadores. 

En la esquina de Amadores y Urapal se encontraba estacionado un tranvía y en el momento en que salía el Dr. José Gregorio de la farmacia con las medicinas otro tranvía subía desde Guanábanos hacia Amadores. Cuando fue a cruzar la calle por delante del tranvía que se encontraba detenido, sin percatarse de que un automóvil se acercaba en esa dirección, sorprendido por la aparición inesperada del transeúnte el chófer no pudo detener a tiempo el vehículo que conducía a 30 Km. por hora y lo golpeo con el vehículo, recibiendo el doctor un fuerte impacto que lo lanzó por el aire contra un poste telefónico; golpeándose en su caída con el filo de la acera. Este golpe de acuerdo con el informe forense es lo que ocasiona la muerte del ilustre médico y siervo de Dios pocos minutos más tarde, púes le fracturó la base del cráneo y le provocó una hemorragia interna. 

Testigo de excepción: la señorita Ángela Páez se encontraba en ese momento asomada a la ventana de su casa el número 29 entre Guanábano y Amadores y pudo ver el accidente. De acuerdo a su testimonio cuando Dr. José Gregorio vio que se le abalanzaba el automóvil, exclamo: "Virgen Santísima". 

Por extraña coincidencia el que conducía el automóvil Fernando Bustamante Morales, iba a ser compadre de Dr. José Gregorio y este había curado en una ocasión a su madre y salvado de la peste a una de sus hermanas. 

En el mismo auto que lo atropellara llevaron al Dr. José Gregorio hasta el Hospital Vargas. Cuando llegaba el coche con la victima ya en estado de coma salía en ese momento del hospital el Presbítero Tomás García Pompa, Capellán de esa institución quién al enterarse del caso regresó justo a tiempo para imponer los Santos Oleos al moribundo 

También en el mismo auto del accidente fueron a buscar al doctor Luis Razzetti, quien habría de firmar el acta de defunción:" además de la fractura de la base del cráneo certificada, tenía una ligera herida en la sien derecha, y un morado en la misma sien, señales del golpe contra el poste de hierro; por la nariz y la boca le brotaba sangre; más arriba de las rodillas tenía una franja morada en ambas piernas". 

Las hermanas de San José de Tarbes fueron las encargadas de la piadosa labor de amortajar a José Gregorio. Una vez examinado y amortajado el cuerpo fue trasladado a la casa de sus hermanos José Benigno, Avelina y Hercilia Hernández, en el número 57 en la avenida Norte, entre Tienda Honda y Puente de la Trinidad. La elección de esta casa para exponer el cuerpo se hizo tomando en cuenta el que era más grande que la del Dr. José Gregorio y como se esperaba una gran afluencia de dolientes en esta casa sería más fácil acomodarlos. 

Sin embargo la reacción popular fue muy superior a lo que se esperaba. La noticia de su muerte fue trasmitida por toda Caracas en cuestión de minutos y el número de personas que se presentó a ofrecer sus últimos respetos al doctor Hernández fue tan grande que las autoridades tuvieron que intervenir para organizar el desfile incesante de dolientes. 

Durante toda la noche estuvieron desfilando pacientes y amistades por la capilla improvisada en la casa de la avenida Norte para ver por última vez al médico y al amigo que tanto bien les había hecho en éste mundo. A las siete de la mañana del día siguiente, se realizó el oficio de difuntos de cuerpo presente el entonces Arzobispo de Caracas Primado de Venezuela Monseñor Felipe Rincón González. A la luctuosa ceremonia concurrieron sus familiares y un gran número de representantes de organizaciones religiosas. 

A las 10 de la mañana del 30 de Junio se inició el traslado del féretro hacia el Paraninfo Universitario. Este habría de hacerse en los hombros de los estudiantes y de sus discípulos. Dos largas hileras de colegas y estudiantes precedían el cortejo fúnebre. Cada uno de estos portaba una corona floral. 

Una vez depositada la fúnebre carga se estableció una guardia de honor en torno al ataúd integrada por cuatro alumnos los cuales eran reemplazados cada media hora. Las ofrendas florales que según algunos sumaban más de mil coronas, fueron colocadas en el salón central del Paraninfo y en otros salones. 

Si grandioso había sido el desfile hacia el Paraninfo Universitario, indescriptible resultaría el desbordante cortejo hacia la Catedral. Toda Caracas se desbordaba en un verdadero mar humano para ver pasar por última vez al que tantas veces recorriera sus calles para llevar salud, consuelo y ayuda. 

Su fama como médico, sus virtudes y su vocación religiosa impactaron poderosamente la opinión popular venezolana. Objeto, desde su muerte, de un auténtico culto, su pueblo natal se convirtió en un sitio de peregrinaje. 
En 1949, se abrió en el Vaticano el proceso de su canonización, habiéndosele concedido, en 1986, el grado de «venerable», penúltima categoría antes de la de «santo». Sus restos son venerados en la santa iglesia de la Candelaria de la ciudad de Caracas. 

El pueblo venezolano que recibió y aún cree recibir los beneficios de su prodigioso apostolado, se ha adelantado con sabia osadía a considerarlo como el santo de su devoción. La Iglesia Católica con su sagrada autoridad ha de confirmar uno de estos días, según el pronóstico de algunos de sus personeros, esa consagración. Vox populi, vox Dei.

fuente: monografias.com.

CAPILLA DEL "DR JOSÈ GREGORIO HERNANDEZ" SECTOR LOS COCOS MUNICIPIO MARIÑO. Recopilaciòn por FPDV

        En Margarita, exactamente en el Sector Los Cocos de la ciudad de Porlamar, existe un sitio de mucha Fe y devoción por parte de las personas creyentes en el poder milagroso atribuido al Dr. Josè Gregorio Hernàndez. Dicha capilla fue mandada a construir por la Sra Juana Gòmez, como una promesa hecha al medico de los pobres por la cura de una penosa enfermedad que padecía. este semestre, el grupo conformado por 5 integrantes de la carrera Gestión Social del desarrollo Local, cumpliendo con un requisito de la UC historia de Venezuela II, realizaron una investigación más profunda de lo que representa el culto a Josè Gregorio Hernàndez en el sector Los Cocos, municipio Mariño del Estado Nueva Esparta. Reproduciremos una parte de ese importante material, desconocido por los habitantes de dicho municipio.
       Comenzaremos por definir quién fue la Sra Juana Gòmez:
"Gómez, Juana,fue una mujer margariteña, trabajadora y con mucha Fe, tanto en la Virgen del Valle como en el DR Josè Gregorio Hernàndez, en 1964 comenzó a padecer una penosa enfermedad hasta el extremo de quedar inválida y fue necesario practicarle tres (3) operaciones en la columna en los hospitales de Porlamar y CaracasEn  su desesperación, invocó al Dr. José Gregorio Hernández, para que le ayudara a recuperar su estado físico y prometió construir una capilla en el fondo de su casa donde  veneraría su imagen.Una vez recuperada y vuelta a la normalidad, comenzó a dar forma a sus ideas para cumplir lo prometido; primero construyó, con innumerables sacrificios, la capilla y posteriormente en el año 1971, coloco la imagen del Dr. José Gregorio Hernández.Desde hace casi 42 años, este sagrado lugar es visitado por miles de fieles que vienen desde distintos lugares de la Isla de Margarita, inclusive de otros  Estado del País a solicitar sus favores.Los ofrecimientos y milagros se cuentan por centenares; depositados a las plantas de la imagen por lo creyentes que cada día aumentan sin desmayar en su Fe.La señora Juana continuó fiel a su fe religiosa y al amor por el Santo Milagroso.Todos los años cumplía con su promesa, celebrando el día de José Gregorio Hernández, cada 26 de octubre, con una misa de acción de gracias; seguida por una procesión, por las diferentes calles del sector Los Cocos de Porlamar, luego quemaban fuegos artificiales y terminaba  su promesa anual viajar hasta al pueblo natal de José Gregorio Hernández, al Santuario de ISNOTU.Este caso insólito de creencias, amor, veneración aumentó con el tiempo, tanto es así, que la Sra. Juana pensò ampliar la capilla antes dicha, para que puediera albergar en su interior a la mayor cantidad posible de fieles.La fama milagrosa que rodea al Dr. José Gregorio Hernández es notoria, los devotos que visitan la Capilla cuentan las anécdotas de los favores recibidos y, como acción de gracias, le traen imágenes de oro, flores, diplomas, lo que muestran que los fieles  creyentes en el siervo de Dios  no se detienen por barreras  de clases  y culturas, razón por la cual los feligreses aumentan en forma considerable.Es frecuente observar, en ocasiones, estacionarse  los vehículos  de los recién casado y ver entrar a los novios, con su ramillete en las manos para ser ofrecido al Santo Milagroso, también  causa admiración  a los visitantes  la presencia de un vaso roto y en su interior como esculpido en esperma aparece la imagen del Dr. José Gregorio Hernández.Lo que fue construido para ser venerado por una familia; hoy pertenece  no solamente a ella sino también a un pueblo ferveroso lleno de fe y esperanza.La familia de la Sra Juana Gòmez agradecen a todos ,en general,por las demostraciones de aprecio, cariño, bondad que dispensan todos los que hacen acto de presencia para implorar y agradecer al servidor de Dios por  haberles ayudado.
              En el mes de octubre de 2011, se marchó de  este mundo la Sra Juana, quien dejò una tradiciòn sembrada en todo el sector. 
 
Calle Merito cruce con Mata.Casa _N*7_18.Hogar Dr. José Gregorio Hernández.  " 

       Según nos cuenta el Catálogo Patrimonio Cultural Venezolano, Municipio Mariño,la capilla fue construida entre 1.964-1.965 por el albañil artesanal Fèlix Ramón Velàsquez, posteriormente fue amoblada y ampliada hasta llegar a 52 m2. Tiene techo de machihembrado y hojas de lata por debajo, pisos de cerámica, paredes de adobe frisadas y pintadas, consta de tres zonas: la antesala. donde se encuentran todo tipo de ofrendas, el nicho del santo en su altar y un cuarto que sirve para los materiales y para que el sacerdote se cambie cuando acuda a oficiar las misas.
Esta capilla es un patrimonio del gentilicio neoespartano.
     

El Maestro "Goyo" y los Reyes Magos en Porlamar. Relato por FMPdV.

La tradición de celebrar la llegada de los Reyes Magos era obligatoria en las primeras décadas del siglo XX, sin embargo, durante los años 50 y 60, con la llegada de la nueva tecnología, o sea la TV a los hogares, comenzó a hacerse más  comercial la celebración de este acontecimiento.
En las casas, los Reyes Magos seguían pasando, dejando un rastro de pequeñas meriendas: dulces, monedas y demàs golosinas, debajo de nuestros chinchorros o al pie de las camas, alegrando a todos, pequeños y grandes, quienes con orgullo pensaban que no se habían olvidado de ellos.
En Porlamar, se fundó la casa de la Cultura Rafael Fucho Suàrez, en honor al reconocido compositor Rafael Suàrez, director del Quinteto Contrapunto, oriundo de esta isla..Esta casa de la cultura proyectaba la cultura popular y el arte en la comunidad.Durante todo el año difundía dichas actividades de Porlamar.
 Allí, llegó a trabajar voluntariamente el maestro Gregorio Romero Rivas, conocido por todos como "el Maestro Goyo" luego de su jubilación como Director del Grupo Escolar "Estado Zulia" en donde laboró por casi 30 años. Es asì como la casa de la cultura comienza un nuevo ciclo de llevar ante la sociedad porlamarense, cada 6 de enero, a los tres Reyes Magos como dicen ahora "en vivo y en directo".
Por varios años se cumplió esta escenificaciòn callejera.
Desde nuestro hogar en Conejeros, veìamos pasar en sus briosos corceles, a unos muchachos miembros de la comunidad,con su atuendo hecho de telas brillantes y llamativas, caracterizando a Melchor, Gaspar y Baltazar, los Reyes Magos, los cuales repartían caramelos a la chiquillerìa, que corría hasta la calle a ver de cerca a estos miembros de la realeza, que venían a visitarlos en su localidad, mientras, desde el auto, con un parlante , el Maestro Goyo narraba la historia bíblica y el pueblo le saludaba y decía:
-¡¡ Que bueno!!!¡ Ahì va el maestro Goyo con sus Reyes Magos alegrando la Comunidad!!!.
Desde tempranas horas  de la mañana comenzaba el recorrido por todos los sectores que componen el municipio Mariño, siempre con alegría y simpatía hacia las personas de los sectores más humildes.
Ya, desde hace varios años, esta tradición está en desuso motivado a que, quien la impulsaba, no se encuentra entre nosotros, pero quedan los alegres recuerdos de su gran obra social.
Un recuerdo muy especial al Maestro Goyo, hoy ,víspera del Día de Reyes.

LA VISITA DEL DIABLO DE CUMANA A MI PORLAMAR. Relato por FMPDV

La época decembrina era la mas esperada en mi infancia, por todo lo hermoso que representaba el nacimiento del Niño Jesús, la navidad, el año nuevo, la llegada de los Reyes Magos, con su carga de caramelos y chucherías acompañados de ramita de árboles y monedas que nos dejaban al pie de la cama o chinchorro, pero, había un hecho que no me gustaba y era "escuchar" a lo lejos un sonido de latas y tambores que anunciaban que un personaje siniestro venia recorriendo las calles de Porlamar. Era el "Diablo de Cumanà" aunque en aquel tiempo no conocía la parte de tradición  folclórica de este personaje.

Durante mi infancia esa imagen me daba pánico y hacía que corriera, conjuntamente con mis hermanos a esconderme en un lugar desde donde escuchaba el tan tan de las latas, y donde permanecíamos escondidos sin siquiera respirar.
Ocurrió que un día de diciembre, nos dirigimos, en el volkwagen de Josè, hasta Radio Nueva Esparte a llevar a Virgilio el almuerzo de ese día, ya que no podía dejar sola la emisora, asì que mis tías Marietta, Fina, mi hermana Maria Flor, Marìa Margarita, Josè y yo, luego de entregar y visitar la emisora, estábamos ya saliendo del edificio de la radio ubicado en la Calle La Marina de Porlamar, por estar distraídos no nos dimos cuenta que cruzando la próxima esquina venia El Diablo de Cumanà interpretando su danza con unos niñitos que le acompañaban, tocando las latas todos pintarrajeados de hollìn, con la boca roja por un líquido rojo que escupían, y cual no seria nuestra sorpresa...! corrimos todos a la vez hasta el carro porque ya Virgilio habìa cerrado la puerta de la radio, al chófer casi no le dio tiempo de abrir la puerta del carro para entrar y todas a la vez nos apretujamos para entrar de primeras y no nos agarrara el Diablo feo, por lo cual me caì justo entre el espacio de los cojines del carro y ya casi les daba el ataque a mis tías que lo tenían casi encima y no podían entrar, me pare como pude y ellas pudieron pasar como flechas, justo cuando ya el Diablo de Cumanà sacaba su tridente largo para meterlo por la ventana del carro y todas gritábamos de pánico. Josè no podía encender el carro para marcharnos y dejar atrás tan fea escena, puso el retroceso y ...Al fin nos alejamos por la calle Mariño rumbo a nuestra casa de la calle Guilarte.

Luego del susto no nos quedó más que reírnos y guardar en la memoria tan mal momento.
Hoy viendo una pàgina web me conseguí la imagen del recuerdo de la infancia "El Diablo de Cumanà" una tradición sucrense.

CONOCE A MARGARITA LA ISLA EN EL CARIBE

Hola, hoy quiero hacerles una invitación especial a visitar nuestra isla de Margarita, en el caribe venezolano Disfruta de su música, costum...